Un antiguo molino, propiedad familiar desde hace generaciones, en 2011 se transformó en un restaurante conocido en toda la zona. Muchos años después de su cierre, y tras un cambio de propiedad, se busca la rehabilitación y conversión de nuevo al uso de vivienda.
Las principales complicaciones que se nos presentaron en esta edificación es conservar en su mayor medida su carácter de construcción tradicional y su esencia. El mayor reto de la reforma se convierte en la actualización de todo su uso e instalaciones a través de una intervención de especialidad, evitando en todo caso ejecutar ninguna roza sobre paredes y muros visibles.
El resultado habla por sí solo, una vivienda que cautiva por mantener su máxima esencia, pero con elementos contemporáneos que hacen de ella un hogar.
Colaboradoras:
Paloma Pedreira Álvarez